Dedícale un píxel, es lo mínimo.
Aguantaron la risa cuando les leíste aquellos primeros poemas de amor, te ayudaron cuando te mudaste a un quinto sin ascensor y no se perdieron ni uno de tus conciertos de tu grupo de trashmetal punk cristiano. Por todo eso y más, tus amigos se merecen que les dediques un píxel. Es lo mínimo.