Fuerzas Armadas: No es el uniforme lo que te hace diferente
Tu corazón registra 120 pulsaciones, tus niveles de adrenalina están al máximo, tu estómago se encoge y el vello de tu piel tu piel se eriza cuando te das cuenta de que te desplazas a la velocidad del sonido a diez mil metros de altura. Estás volando.
Es lo que vives lo que te hace diferente.
Tienes la garganta seca y los ojos te escuecen a causa del sudor. Los músculos de tus piernas se resienten del cansancio. Tu cuerpo soporta una temperatura de 40 ºC por el día y 5ºC por la noche. Estás en el desierto.
Alguien grita la palabra inmersión e inmediatamente tus sentidos se ponen a alerta. Tus oídos se transforman en un molesto barómetro, tus pupilas se dilatan, tu piel suda en frío y tu corazón bombea más y más deprisa cuando te das cuenta de que estás a 200 metros de profundida y sigues bajando. Estás en un submarino.